viernes, 28 de agosto de 2015

Mi túnel del terror


Me dirigía sin dudarlo de camino hacia la oscuridad... atravesaba velozmente un túnel del terror lleno de brujas, de mounstros, de ruidos, de frío y de espejos enormes que se llenaban de todas las cosas horribles que mi mente era capaz de fabricar. Era mi túnel del terror, mi pesadilla, mi muerte en vida.

Luego me di cuenta de que iba a peor... ya no eran mounstros ni brujas lo que me rodeaba... eran siluetas, eran abstracciones, eran apenas meras insinuaciones de lo que podrían llegar a ser... pero me seguian asustando. Continuaba sintiendo el mismo miedo, incrementado quizá por la incertidumbre y, cansado de correr, descubrí el dolor y la ansiedad.

No encontré salida... sólo una linea recta en una dirección cada vez más y más enigmática y horrible y en otra repleta de viejas pesadillas, pánicos y objetos cuya siluetas me estaban asustado ahora mismo. Sólo podía seguir avanzando escapando de aquello que ya formaba parte de mi y rumbo hacia el dolor o volver sobre mis pasos teniendo que enfrentarme de nuevo a todo el miedo que me había empujado hasta aquí.

La cosa era complicada.

Y además parecía como si se estuviera acabando el tiempo. 

lunes, 29 de junio de 2015

Vértigo

No somos nosotros si no lo que vamos arrastrando. Ese halo de levedad, ese aroma, ese pesado eco. No hay un ser que sea él y punto, sino que también es su paladar puntiagudo, su tic y su manía. Un arroz con leche calentito, un mes de septiembre brotando en Portosín y una tdk de Platero y Tú. Martini en la botella, cigarros con tu hermano, los lloros, los miedos, las risas, la complicidad que surje con el que escapa contigo de lo mismo. 

La hamburguesa Leño en un garito de Getafe, la bicicleta de ruedas blancas que me robaron aquel verano, el colegio de monjas y los partidos del Compos. Liberty, La Camelia, Los Enemigos, Neska, Preguntoiro, Metate, El Paraíso Perdido, Deja que esto no acabe nunca, el amor de mi vida y luego otro. Madrid, Navacerrada, Santander, Iruña... Toulouse. John Waynne y Quintín Cabrera. Los johnny-cola y las mantecadas de Astorga. Maribel Verdú y la peli El Fugitivo. 5º de EGB y el baño del Ateneo...

No somos nosotros si no lo que vamos arrastrando. 

Pero y si suprimimos todo eso?... qué queda?... 

Cómo una palabra que sólo significa lo que dice su significado. Sin vida sin tono... 

Entonces, qué queda?... 

Me da vértigo pensarlo.

viernes, 26 de junio de 2015

El peso de las palabras.

"Ayer he cenado un bocata de muerte y me he levantado hecho una mierda. La verdad es que es de locos, menudo dias demenciales trabajando a destajo y saliendo a dolor. Tengo ganas de tirarme en el sofá y quedarme en coma durante dos días sin ver la luz... meterme una tila en vena y echar raíces en mi salón como si no hubiera mañana."

Hay que tener cuidado con lo que se dice, es cierto... pero también hay que tener cuidado con lo que se escucha. El peso de las palabras, el tono con el que se emiten, el recorido que tienen. Laxitud en todo caso...

Ni muerte significa muerte, ni mierda significa mierda ni ninguna mentira se puede convertir en verdad aunque se repita mil veces. Qué digo mil?... unas tres.

jueves, 25 de junio de 2015

Bienvenida Soledad (Carlos Chaouen)




Hace un momento se fue la luna
Hace un momento allí estaba el sol
Arena blanca y luego duna
Piel de aceituna y luego amor
Bienvenida soledad.

Que tú me quieres como un objeto
Que yo te quiero como animal
Sabe tu alma que nunca estoy lejos
Cuerpo que suda y luego amor
Bienvenida soledad.

Baila sin miedo y verás una luz transparente
Todo gira en espiral, danza dulcemente
Y ahora grita a los cielos tu boca
Y ahora tienes el sol en ti.

Si lo sabemos, qué somos, qué vemos
Dicen las flores que el tiempo del hombre es un frágil color
Que como el viento que roza la cara como suave arruga
Ola que sube y luego amor
Bienvenida soledad.

Baila sin miedo y verás una luz transparente
Todo gira en espiral, danza dulcemente
Y ahora grita a los cielos tu boca
Y ahora tienes el sol en ti.

Baila sin miedo y verás una luz transparente
Todo brilla en libertad, danza dulcemente
Y ahora grita a los cielos tu boca
Y ahora tienes el sol en ti.

Ola que sube y luego amor
Bienvenida soledad.

Baila sin miedo y verás una luz transparente
Todo gira en espiral, danza dulcemente
Y ahora grita a los cielos tu boca
Y ahora tienes el sol en ti.

martes, 23 de junio de 2015

Videoclip hortera

Me levanté de un salto y mi pecho tocó el techo de mi cuarto. No había nadie, sólo recuerdos. Recuerdos cómo que ayer me acosté sintiendo fracaso. El brillo era vacío y la soledad abandono. Mentiras. Ya no creo en esas cosas, hace tiempo que me conozco. Soy un tipo ducho en este tipo de mierdas así que me enfundé los vaqueros de golfear por encima de los gayumbos con los que habia estado cerca de 9 horas soñando con aquella camarera y salí de casa como quien sube a un escenario lleno de humo. Además miré a la gente caminar como quien mira a su público. Sabía de sobra que esta tontería que me acompañaba hoy me acabaría pasando factura pero, qué coño, esta mentira se parece más a lo que yo quiero que sea mi verdad que la mentira que ayer noche se acostó conmigo. Así que seguí caminando como quien bombea dentro de una chica bonita. Manso pero deseoso de ver el final de mi camino. Convencido y caliente. Mi mañana, enfundada en sueños o no, se estaba convirtiendo en un videoclip hortera.

lunes, 22 de junio de 2015

De mi

Salí de casa y me dividí en mil pedazos. Pasé por delante de la panadería y sonreí a la señora que atiende en el mostrador dejándole una de esas minúsculas porciones que ella me correspondió con la amabilidad con la que me corresponde cada mañana.. Seguí caminando y me encontré a una chica que vino ayer a mi concierto. Hablamos durante un rato, me contó cosas de ella, algunas que ya imaginaba, y yo le conté cosas de mi, obvias o no, cosas de mi. En ese ejercicio tan sencillo fuimos intercambiando trocitos del uno y del otro que llevarnos cada uno al final de nuestros paseos. Nos abrazamos y seguí paseando hacía mi destino. Después llamé a mi mejor amigo, él ya tiene trozos míos y yo de él. La conversación era un poco como revisar que tal conservábamos esos trocitos que habíamos depositado en nosotros durante todos estos años. Los míos los vi creciditos, los vi evolucionados, los vi madurar en su interior. Me alegró que así fuera. El constató cómo, dentro de mi, sus trocitos también eran grandes y fuertes. Le alegró que así fuera.

Seguí camninado depositando partes de mi, captando partes de otrxs, alegrándome de cómo están los que ya habitan dentro de los demás y disfrutando de cuidar con cariño y dedicanción los que voy recopilando.

A veces, pocas, me asomo en algunas pupilas que no quisieron cuidar mis porciones, que no tuvieron interés o capacidad para dejarlos crecer en su interior o por lo menos instalarse. Personas de las que yo si conservaba, mejor que intactos, sus pedacitos. Es algo que me genera tensión, como una corriente ciclogénica que derriba todo lo que encuentra a su paso. Una fuerza que devasta. Que daña y derrota. Que duele. Y, cuándo eso sucede, me suelo volver cabizbajo a la madriguera donde me dedico a fabricar materia prima de mi que más tarde repartir y, entre todos esos libros, discos, guitarras y recuerdos bonitos, me siento dubitativo y viendo como todo se tambalea y titubea camino de la autodestrucción hasta que, como una suave brisa que entra por la rendija desde el exterior, recuerdo todos aquellos corazones que me siguen regando, alimentando, oxigenando y haciéndome cada vez más y más fuerte y capaz de amar. Y, en un acto que pica dentro pero que reconstruye, me estirpo los trozos de esa persona que no ha querido, que no ha podido o que no ha tenido maldito tiempo.

Y sigo viviendo e intentando hacer reir a la panadera de mi barrio.

viernes, 12 de junio de 2015

Y a ella

"Tú no me quieres y yo no te quiero a ti" me dijo como golpeando fuertemente la almohada en la que luego apoyaría comodísimamente la cabeza. Como avisando, como prefiriendo que fuera así. Como soltando lastre. Como tirando, pase lo que pase, hacia adelante.

"Tú no me quieres y yo no te quiero a ti" me dijo subiendo un justo empate en el marcador. Me dijo sin saber cuál de las dos mitades era la verdad y cuál era el consuelo. Como evitando pillarse los dedos. Me lo dijo desnuda y sudorosa. Me lo dijo y me besó. Como despejando la x.

"Tú no me quieres y yo no te quiero a ti" me dijo llena de miedo. Como sabiendo que es algo que pudiera ser que pudiera dejar de suceder. Como entonando el himno en el que sentir consiste en cavar un hoyo que se llena de debilidad, sufrimiento e inseguridad suicida. No te quiero porque no siento, soy fuerte y yo sólo he venido aquí a sudar y dignificarme.

"Tú no me quieres y yo no te quiero a ti" me dijo como protegiéndonos de los peligros. Como cuidando con mimo a un recién nacido frágil y enfermo. Como preocupada de que algo nos acribillara. Casi, casi como pidiéndomelo. 

Por favor, no me quieras y a cambio prometo no quererte. Y se abrazó fuerte a mi. Y a ella.

martes, 14 de abril de 2015

Con dolor y la saliva que lo diluye
y las horas que atraviesas ante ti
la alegría y aquel que la distribuye
en la  recta que ayer te alejó de mi

No es amor, es un acto consecuente
es querer en forma pronominal
No es vendimia ni las ganas de tenerte
es el gesto amable de la eternidad.

Hubo más tiempo de amor que el que nos queda
y lleva más horas de luz que las que hay
Esperar es revelarse ante la muerte
que hace amagos para que tengas lugar

Y hoy la lluvia me barría la terraza
Para que el sol la volviera a secar.
Viva el tiempo de silencio en la mirada
ejerciendo voz en grito el verbo amar.

***

Ser hipocondríaco es cancerígeno

Son infinidad de síntomas. puntos de dolor y reacciones corporales que, durante los últimos años, describen en mi un clarísimo caso de hipocondría. No hay duda, no es que me esté obsesionando con ello, no es necesario que venga nadie a consolarme ni que reventeis esta entrada de mensajes de ánimo y consuelo... lo se, está claro: Sufro infartos y cánceres varios al mes, tengo infecciones y tumores que vienen y van con una frecuencia espasmódica y, por supuesto, desarollo con cierta ligereza cuadros psicóticos que me imposibilizan dormir, memorizar números, reaccionar con calma y/o visualizar la realidad con percepción medianamente cristalina. O soy un loco infartado que está desarrollando un par de cánceres simultaneos que, para más inri, rotan sin pudor alguno o, directamente, soy un puto hipocondríaco.

Lo peor no es eso. Lo peor es que es verdad. Es que no hay duda, no hay margen de error en mis autodiagnósticos. Si te duele aquí, aquí y aquí y tienes esto del color tal y nosecual, lo pones en google y dicho afamado doctor/buscador te sorprende con un Quiso decir: Cáncer. Lo dicho, no hay duda: soy hipocondríaco.

Se sabe que es hipocondría porque una vez que delimitas tu nueva enfermedad con un sin fin de síntomas y causas la reacción no es llamar al cura o ir a urgencias... la reacción es preocuparte y ponerte triste... Bueno, y contarlo... lo que estoy haciendo yo ahora con mi flamante cancer de boca que lleva una semana haciendo las delicias de sudores, insomnios y certezas absolutas de muerte. Que podia ir al médico eh?, es más... podía ir incluso a urgencias... pero no, escribo una entrada de blog. Y está claro, no hay duda... es el 9º cáncer que me provoca la hipocondría. Cualquier dia termina por matarme.

Salud!


jueves, 19 de febrero de 2015

Música triste.

Hay personas y personitas que quiero o que no quiero, que conozco o que no conozco, que les he preguntado o no, que me comentan que no les gusta la música triste. Que no comprenden el atractivo que puede tener una canción que no pizpiretee el alma y te ponga a bailotear encima y sobre casi casi lo que sea. Yo suelo encajarlo o discutirlo. Reirme de ello o no. Asentir o negar. Suele ser, o no, una lotería mi reacción. También, a veces, en el mundo real, hay gente que no puede dormir. Sin ir más lejos, ayer yo no podía dormir. No podía dormir porque mi vecina no dejaba de hacer ruido. Mi vecina no dejaba de hacer ruido porque ella tampoco podía dormir. Ella no podía dormir porque su hija no dejaba de llorar. Ella lloraba porque su cabeza no podía descansar. Su cabeza no podía descansar porque una canción triste vivía en movimiento dentro de ella. Una canción triste vivía en movimiento dentro de ella porque nadie la supo calmar. Nadie la supo calmar porque nadie se paró a escuchar que le pasaba. Nadie se paró a escuchar que le pasaba porque la gente tiene prisa. La gente tiene prisa porque no tiene tiempo. La gente no tiene tiempo porque el tiempo es oro. El tiempo es oro porque la gente necesita descansar. La gente necesita descansar porque yo, ayer, no pude dormir y, entonces, para no escuchar cosas que no me dejaban dormir tuve la genial idea de poner una canción que me dejara dormir. La puse más alta que los ruidos que no me dejaban dormir y así la habitación se lleno de un muro de sonido que sí me dejaba dormir. Un trerrible y somnolente jaleo de ecos y canciones que me dejaban dormir tapando los ruidos y los lloros desconoslados de la pobre y deprimida hija de mi vecina.

Y a eso es, entiendo, lo que esas personas tan variadas suelen llamar música triste.

viernes, 6 de febrero de 2015

Gimnasia par

Escogí un elegante modelo que combinaba pantalón corto negro y una camiseta de los PRAU y que llevaba con el mismo andar y porte que gastaría si se tratase de un vaquero roto y una chupa con parches de excorbuto. El rockerillo se enfrentaba a su primer día en un gimnasio.

Yo nunca había entrado en un lugar así y me sentía realmente tímido y extrañamente avergonzado de cada uno de mis movimientos como si otro yo, tan vacilón y antiempático, me observara y me fuera a putear como yo putearía a cualquier otro tímido novato en una situación en la que me encontrara más en mi onda. Me empecé a sentir culpable por haber sido tantas veces tan gilipollas y pasé a caminar como un rockerillo tímido que se sentía culpable de haber sido tantas veces un rockerillo vacilón. Me está de puta madre. El universo me esta devolviendo lo que yo le había dado. Bien merecido. Y ese fue el extraño axioma que empecé a descubrir en el gimnasio. Todo lo que va, luego vuelve. Todo lo que vuelve, va.

En un gimnasio todo es par, cuadrado, cerrado... Todo es finito y se anula entre si. Cada uno de los grupos musculares que me pusieron a trabajar se completaban en dos ejercicos que, basicamente, consistía en empujar un peso primero y tirar de otro peso después. Push y luego Pull. Para alguien tan de ciencias y pragmático como yo eso es un reto absoluto y una afrenta a su paz interior... Te descuernabas un número par de veces al empujar un peso y, aunque una ensoñación de autocomplacencia pragmática te invitara a sentir dentro de ti que lo estabas desplazando en cada una de las 4 series, acto seguido te veías inmerso en otro ejercicio que consistia en lo contrario: descuernarse un número par de veces al tirar del mismo peso con lo que, en la misma ensoñación de autocomplacencia pragmática, lo volvias a dejar en su lugar. Era realmente demencial e insoportable para mi soñar con ejercer una fuerza que cambiara de algún modo el universo para, instantes después, volver a ejercer la misma fuerza pero al revés. Eso me ocurrió con el pecho, con las piernas y con los brazos. Malgasté las energias de tres importantes partes de mi cuerpo en no hacer absolutamente nada. Me sentía desorientado e imbécil y empecé a entender como todo lo que ocurría entre esas cuarro paredes de espejo era absolutamente cerrado, par, cuadrado. De hecho, si en vez de un gimnasio fuera un problema matemático, el resultado sería cero. Sin duda.

Tenía decidido seguir volviendo para dedicarme únicamente a correr en una cinta en la que había corrido para calentar al principio. Cuando llegué, el monitor me había recibido sonriente y, mientras me imprimia un programa de ejercicios tan estudiado, tan estudiado que, como ya dije, la cuenta daba cero, me indicó que tenia que hacer 20 minutos de carrera continua en una cinta. La verdad es que la expieriencia fue bonita porque cerrabas los ojos y te imaginabas corriendo por un pasillo, saliendo del gimansio y atravesando  rios y leiras somo si tus pies flotaran por encima del relieve. Sentía olor a desplazamiento y me colmaba de algún modo...

Al terminar la tortura del conjunto cerrado y con una carrerita por los prados cómo bagaje, decidí marcharme a casa y me despedí del monitor que se apuró a mandarme aflojar los musculos y la respiración haciendo, antes de irme, 20 minutos más de cardio en una bicicleta que, cómo no!, apuntaba en el sentido contrario de la máquina de correr con la que me había desplazado campo a través... Me estaban haciendo volver!! No les habia gustado una mierda que alguien se fuera de ahí en positivo y me obligaban a saldar mis cuentas en aquellas cuatro paredes de cristal antes de irme. ¿Quién coño era ese maldito novato que, por su cuenta y riesgo, había decido dejar su marcador en positivo? Tú a volver como todo el mundo...

Y me fui y todo quedó como lo había encontrado.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Keep walkin'

      Son las ocasiones en las que las cosas se van torciendo, se van complicando, y buscamos, como un acto reflejo, algo en lo que apoyarnos. Algo que nos haga olvidar la reciente, pequeña o grande, amargura. Algo que, apriori, resulta de menor importancia pero que hoy, su dia de suerte, lo vamos a ensalzar y observar como si nada más existiese para nosotrxs. Pero no son pocas las veces que al bajar un escalón nos encontramos con otra ex-importancia que ya fue descendida por dolernos en el alma hace, quién sabe?, dias?. Quizá años... maldita sea! 

      Y así vamos despeñando nuestra atencion por nuestra escala de valores. Vamos descendiendo otorgándoles el trato de "esenciales" a nimiedades que, minutos antes de nuestro último tropezón, no tenián valor alguno para nosotrxs. Cosas que no te llenan ni te llenarán la vida, pero que te distraen y te suavizan un poco el mal rato que, una desgracia o un inafrontable desatino, te hacen pasar. Tiene pelotas... qué simpleza.

      Pero estas son nuestras herramientas de supervivencia y no están mal. No están mal si admitimos el mal como algo intrínsico a la realidad y entendemos que las cosas, tristes o no, suceden porque han de suceder y nosotros habremos de atravesarlas con valentía y fuerza. Y cuando te duela un lado del pecho, piensa en el otro. Piensa y sigue caminando.


jueves, 29 de enero de 2015

Poesía


Hace mucho tiempo que
nadie apoya mi cabeza en su vientre desnudo
y me mece el sueño con sus espasmos de vida
y me hace afirmar a su belleza
con respiración lenta y amiga mía.

Hace mucho tiempo que
nadie me lee poesía mientras recobro el aliento
y con sus pausas me traduce los entresijos
y convierte en verdad verdades que no era capaz de creerme
con respiración lenta y amiga mía. 
 ...





miércoles, 28 de enero de 2015

Chatarra

Amanecí en crisis con el medio. Tan en crisis que amanecí bastante antes que el sol asomara por el cielo que yo podía ver. Tan en crisis que amanecí antes que mi vecina de arriba. Tan en crisis que ni siquiera amanecí del todo, solo me erguí y repetí de memoria amaneceres inmediatamente anteriores.

Amanecí en crisis con mi persona. Tan en crisis que amanecí bastante antes de lo que me hubiera gustado. Tan en crisis que amanecí para hacer algo que no tenía el menor interés en hacer. 

Me encontraba en vertical sobre ese suelo de azulejo y recobré la sensación del pragmatismo en el que me desenvuelvo. Cada mañana, lo primero que piso es un facilmente fregable suelo frío como si se hubiera cerrado un acuerdo para el que a mi no me habían llamado en el que se prefería que el suelo simulase estar limpio antes que calentito por las mañanas.

En la calle sólo hallé culpables. Un despreciable conjunto ordenado de micro-culpables. Hormiguitas trabajadoras que necesitan un coche mejor y mejor, un smartphone de última generación y lucir brillante ante los prójimos. Ante unos prójimos que, por otra parte, necesitan para construir este mundo que se infla de aire como una bolsa de palomitas para microondas. Este mundo insaciable, desmesurado, voraz, exponencial y vacío... muy vacío.

Arrastraba los pies hacia mi coche pensando en el fin de todo esto y mi cabeza empezó a saltar ensimismada de peldaño en peldaño por las escaleras de Escher hasta que choqué con una bandeja de horno oxidada y guarra que, en las proximidades de un desbordante contenedor, interrumpía el paso por la oxidada y guarra acera. En ese instante vi claro que mi cometido era el de llenar de objetos, útiles al principio e inútiles al final, los contenedores de este mundo insaciable. Pensé en esas explanadas llenas de chatarra donde todos los dias una manada de niños desnutridos y madrugadores, eso si, husmeaban en la búsqueda de cobre que devolver a la cadena como único agotable valor en este planeta. Si fuera al revés y el cobre vendiera al niño nadie le daría nada. El mismo pragmatimo de mi suelo frio tasaba a la baja al pobre chicuelo. Los mismos micro-culpables que amanecieron en crisis con sus medios y que te juzgan de reojo si no eres de provecho para su elucente fin de montañas de objetos ex-utiles, son los que prefieren cobre a humanidad.

Seguí arrastrando los pies repitiendo de memoria amaneceres inmediatamente anteriores y repasando, con mi mirada, esta acera tan oxidada y guarra.

Buenos días.

lunes, 26 de enero de 2015

En las curvas

El parabrisas llevaba años estropeado y sólo se podía ver por la zona menos opaca del cristal. Además yo era un tipo bastante grande con lo que necesitaba conducir curvado, como ensimismado en la carretera, para poder ver a traves de ese hueco menos sucio. Sonaba un recopilatorio en cinta de Dr.Feelgood que había robado en los almacenes el Pilar allá por los 90 en una de esas gamberradas que me excitaban hasta llegar al éxtasis. Ese prolegómeno vital.
 
Ella respiraba fuerte en el asiento de atrás. Respiraba fuerte y gemía en las curvas. "¿Por qué no paras un ratito?" me preguntaba. Yo no podía girarme, estaba demasiado concentrado en mantener mi vieja chatarra entre esas dos lineas blancas de la calzada, pero le contestaba y le echaba un leve vistazo por el retrovisor colocado estratégicamente para alcanzar comunicación visual con ella. Estaba recostada en el asiento, medio de lado, con su larga falda subida hasta casi taparle la cara por completo y con la mano izquierda impidiendo con firmeza que sus bragas regresaran a la posición de partida. Todo esto lo imaginé sólo con verle los ojos por el retrovisor. Los ojos y el dedo índice que de vez en cuando se llevaba a la boca. "No puedo bonita, tenemos que llegar y aquí parados no hacemos nada". Ella no se resignaba, ni siquiera se enfadaba, ni siquiera protestaba... simplemente volvía a respirar fuerte, volvía a gemir en las curvas y volvía a repetirme la pregunta. No se cansaba, no desistía. Ella tenía claro lo que quería. Y yo también.

Retroceder hacia delante

No lo puedo negar y no voy a hacerlo. Tenía una dolorosa sensación de fracaso debajo de mi gabardina. Mi paso era claro y decidido pero de los tobillos para arríba todo temblaba y dudaba. Como un ex-alcohólico dejando atrás el dolor de un portazo y volviendo hacia el bar. Era como ver de frente a mi cuerpo caminar hacia atrás. Como retroceder hacia delante.

En el momento de girar la esquina y entrar de nuevo en el callejón, la ciudad apagó el volumen, desapareció, se murió, salí de ella... Y la falta de sonidos hizo que se viera mejor. Brillos, reflejos, humedad azul y humeante, una calle en blanco y negro que antes era marrón y, apagado, frio y viejo, mi pequeño escarabajo gruñía en la sombra. Solo.

Estaba abierto. Nunca fue necesario cerrarlo, nadie lo quiere, nadie lo necesita. Me metí dentro respirando humedades que tenían 6 años y enfriándome por el frio de hace 6 inviernos. No encontré postura envuelto en mi gabardina mojada y, al darme cuenta de que aún la tenía puesta, pensé en si querría decir que sólo estaba de paso. ¿Sería como no aceptar un café a tus anfitriones porque "ya me marcho ahora"?.

Hacía años que no volvía al viejo coche con el que había atravesado mis sueños. Con el que los había convertido en cruda realidad. Con el que me había alejado de él y de mi. Mi pequeño escarabajo, el de las cintas de Rory y la inocencia devoradora. 

He vuelto amigo, vámonos.

miércoles, 21 de enero de 2015

Amor y pena

Hace años que nuestras sonrisas ya no se tocan. Que no les dejamos juntar sus labios carnosos y felices. Hace años que nuestros días bonitos ya no se cruzan, les tenemos el camino cortado y separado para que nunca se rocen. Pero hay un resquicio en la mala notica, dos halos de sombras grisaceas que se nos cuelan entre los dedos y se cruzan en un infinito subterraneo y apesadumbrado. Porque nuestras alegrias no se conocen pero nuestra penas cada vez que se ven se tantean, se miran, se desean, se tocan, se besan. Nuestras penas y nuestros malos despertares... Juguetean, se conocen, se gustan... se aman.

Y follan como locos en mi colchón de mal augurio y mi miedo se clava en tus pesadillas mientras mi mano menos diestra corretea por tus dudas hasta el centro de tu punto débil. Y me comes el talón de aquiles. Y yo bajo y me hundo en la humedad de tu fracaso. Y cabalgas a lomos de mis desgracias intensa y rojiza mientras tu dos complejos botan sobre mí con mansedumbre y belleza triste. Durante horas. Largo y eterno cómo todo lo desagradable. Ensangrentada pasión de lamentaciones y daños colaterales. Y mis odios y vacios porvenires bombean fuerte en ti. Tanto que parte de mi desgracia se incrustará en tu fina piel para siempre hasta que todo tiembla como un terremoto freudiano cuando los vecinos abandonan sus casas y tintinean las botellas vacías de nuestros hígados llorones mientras no puedo dejar de verter dentro de ti litros y litros de quejas entre gritos de auxilio y caras de pánico. Nuestras maravillas ni se rozan ni ya se acuerdan la una de la otra. Pero ay nuestros problemas! Ay que bien se lo pasan!.